(Nota publicada el 27 de octubre de 2020). “A mí me impulsó mi primo a entrar en el mundo de las apuestas, porque yo lo acompañaba a los lugares donde él lo hacía. Me comenzó a gustar ya que me di cuenta que ganaba mucho dinero, entonces empecé a pensar en que existía la suerte”, expresó Romario Farfán Marín, quien fue ludópata por dos años. La Ludopatía, como su nombre lo dice, es una enfermedad mental que consiste en la adicción a los juegos de azar y las apuestas. Es reconocida por la OMS desde 1992 y aunque en Colombia no hay datos oficiales que registren el número de adictos al juego, un estudio de la UN demostró que el 19% de los colombianos estarían expuestos a ser ludópatas.

Origen de la adicción
Existen dos tipos de adicciones: las químicas y las no químicas. La ludopatía, que pertenece a la segunda categoría, es principalmente la adiccion relacionada a conductas como las redes sociales, el sexo o el trabajo. La primera se refiere a las que son provocadas por cierto tipos de sustancias que tienen componentes adictivos, por ejemplo: la cocaína o la heroína.
Según el psicólogo Guillermo Aristizabal Montes, el proceso para convertirse en un adicto inicia con la habituación a algo, en este caso al juego, acompañada de sensación de bienestar, lo que genera una producción anormal de dopamina (neurotransmisor asociado con la motivación y recompensa) y esto lleva a la adicción.
Síntomas de un ludópata
Entre los síntomas se encuentra el trastorno de ansiedad, en el que el paciente se preocupa compulsivamente por ganar dinero para luego poder apostar. Farfán Marín comentó que dejó de comer con tal de ahorrar dinero para seguir apostando. “Me di cuenta que era un apostador compulsivo cuando el sueldo que con sudor me estaba ganando lo estaba derrochando en el juego. Hay momentos en los que se gana, pero son muchos más los en los que se pierde”.

Los gastos imprevistos y los problemas económicos pueden ser señales de estar apostando de forma compulsiva. Kevin Pareja Aristizabal, ludópata por cinco años, expresó que las apuestas principalmente afectaron el ambiente de su familia ya que, en ocasiones, tenía dinero para pagar ciertas cosas de la casa pero prefería gastarlo en el juego.
Los ludópatas pueden llegar a apostar grandes sumas de dinero en una noche. Farfán comenta que en total perdió alrededor de 80 millones de pesos y que, en una noche, podría llegar a perder más o menos una suma entre tres a cinco millones. Por otro lado, Pareja no tiene la suma exacta, pero dice que fue una cifra superior a los 20 millones.
“Uno de los principales síntomas de un ludópata es que experimenta una necesidad incontrolable de jugar sin importarle las consecuencias que podría causar. La persona necesita apostar y lo convierte en una prioridad en su vida”, expresó la psiquiatra María del Pilar Velásquez Duque, y agregó que la ansiedad viene acompañada de la activación del sistema nervioso simpático como taquicardias, palpitaciones, sudoración y temblores.
Velásquez Duque explicó que el juego patológico tiene características hereditarias y genéticas, pero esto no significa que los hijos nazcan con esta adicción, sino que tiene más probabilidades de serlo si en algún momento entran en el mundo de las apuestas.
Aceptación del problema y tratamiento
El psicólogo Aristizabal Montes comentó que como en todo proceso de recuperación de un adicto, se debe empezar por el reconocimiento del problema por parte del paciente. “Al principio no me dejé ayudar porque creía que que yo mismo podía esta adicción, pero al tocar fondo fue cuando acepté el acompañamiento”, manifestó Kevin Pareja Aristizabal.

Por otro lado, no todos los adictos tienen dificultades para aceptar que están en problemas y necesitan ayuda. Romario Farfán cuenta que muchas personas le dijeron que dejara el juego, pero que él fue el que decidió dejar de hacerlo. “Pensaba y me decía que no valía la pena trabajar y esforzarse para luego perder el dinero que me había ganado. Hay mejores cosas en qué invertirlo”.
El psicólogo resalta que luego de la aceptación del problema, por parte del paciente, se debe hacer una evaluación integral de la persona para identificar qué tanto ha afectado la adicción en las diferentes esferas de la vida y así saber qué tipo de intervención necesita. “Es diferente una persona que lleva tres meses jugando en un casino los fines de semana y siente que es un jugador social, a una que lleva tres años y se siente obligado a ir a un casino para satisfacer sus necesidades”.
“Las personas que se detectan como ludópatas normalmente no son hospitalizadas solo por esta adicción, pero sí por otros problemas que la acompañan, como la depresión e intentos de suicidios provocados por preocupación y culpa, generados por el juego patológico ”, expresó la psiquiatra Velásquez Duque.
Situación familiar
Los problemas que tiene la persona ludópata también pueden llegar a afectar a la familia. Marcos, el hermano de Romario Farfán, dice que para él fue muy complicado saber que su hermano mayor estaba en el mundo del juego. “Fue triste de asimilar porque era mi ejemplo y pensar que él no estaba haciendo las cosas bien me ponía muy mal. No fue solo un problema para él sino para toda la familia. A todos nos afectó su situación”.
Esa fue la versión de la familia, pero Romario pensaba otra cosa: “Mi familia no sabía mucho que yo estaba en las apuestas. Tal vez un conocido les contaba que me habían visto jugando, pero no se preocupaban mucho porque no era plata de ellos, era de mi trabajo, pero igualmente la perdía”. Aunque también reconoce que dejó de estar mucho tiempo con sus más cercanos.
Casas de apuestas deportivas
“No hay muchos datos de investigación que nos hablen de que las nuevas formas de apostar aumentan los casos de ludopatía, pero estas acercan mucho más a la persona a que ponga en juego su dinero. Ya no es necesario ir a un casino para apostar”, reconoció la psiquiatra Velásquez Duque.
Las nuevas formas de apostar, como lo son las casas deportivas virtuales, acercan mucho más a las personas a que entren al juego. Pueden estar en el sofá de la sala viendo deportes y sentir la necesidad de realizarlas porque saben que esta es una forma mucho más cercana y, según el psicólogo Aristizabal, están más propensos a hacerlo.

En este momento la publicidad de casas de apuestas deportivas como lo es BetPlay, que es el principal patrocinador del Fútbol Profesional Colombiano, o como Wplay, que es patrocinador de varios equipos de fútbol, es muy fuerte ya que, al ser permitidas, se ve en todas partes y se está convirtiendo en parte del paisaje. “Lastimosamente es un tema que se va normalizando en nuestra sociedad sin tener en cuenta las repercusiones que puede traer esto”, reconoce Aristizabal.
Según el informe de gestión 2019, presentado por Coljuegos, los juegos operados por internet crecieron un 168% respecto al año anterior. Dentro de esta categoría están las casas de apuestas deportivas como Wplay y BetPlay.
El sociólogo Simón Velásquez Matijasevic informó que no hay forma de medir la influencia que tiene la publicidad sobre las personas, pues dice que es una cuestión cualitativa. “La publicidad influye en las personas dependiendo del nivel de educación y de enseñanza que tengan. Si un individuo es consciente de los mensajes que trae esta, no será tan fácilmente convencido por un espacio publicitario”.
La psiquiatra, María del Pilar Velásquez, destacó que como forma de prevención es muy importante tener identificado cuando una persona entra al juego como un pasatiempo y no dejarlo pasar a una forma perjudicial o patológica. “Mantener una vida ocupada o tener otras actividades de ocio pueden ser formas de evitar esta adicción”, concluyó.
Periodistas: Laura Sofía Rincón Rincón, Jacobo López Osorio y Juan Esteban Acevedo Gaitán.