Al bajar por las escaleras contiguas al edificio Fundadores, exactamente en la carrera 23A No. 32A-64, está el Museo de Historia Natural, en una casa muy grande, de las de antes. Es un lugar algo escondido, al que si uno no pasa por ahí ni notaría. Sin embargo, todo lo que hay en el interior es difícil de dejar de observar. En él se encuentran años y años de evolución biológica y hay desde aves en peligro de extinción, reptiles, mariposas, insectos, etc.

El dueño del museo, José Lozada, es un señor de estatura promedio, cabello negro, cejas pobladas y unos ojos que brillan relatando cómo ha sido todo el proceso que ha vivido con el museo. Cuando era tan solo un joven que cursaba octavo grado en el Colegio de Cristo, cuando se encontraba en el sector Fundadores, se empezó a interesar por disecar animales para su posterior exhibición, lo que se conoce como taxidermia.
La colección de la que ahora es propietario anteriormente le pertenecía a los Hermanos Maristas del Colegio donde él estudiaba. Él les ayudaba en el museo y con el pasar del tiempo se volvió docente allí. Tras ires y venires, uno de los Hermanos decidió regalarle la colección a José, que actualmente cuenta con 1365 individuos.
Fue así que José, ya retirado de la docencia, se hizo cargo de todo lo relacionado con el museo y se trasladó a su actual ubicación. Desde su escritorio, en la entrada del lugar, cuenta que es algo difícil por el tema económico. “No tengo ayuda del Estado. Realmente es de mi plata. Tuve la fortuna de recibir dos pensiones, entonces, yo pago lo elemental que son mis gastos y lo otro pues aquí”.

El museo tiene cuatro salas de exposición: la de aves, la de mamíferos, en la tercera hay una combinación de reptiles, moluscos, rocas, fósiles y fetos; y en la cuarta están los insectos y las mariposas. Al hacer el recorrido uno puede toparse con animales que ya ha visto como un loro verde o una ardilla, pero uno se da cuenta de que en realidad no los conoce y por eso es importante ir a este tipo de lugares.
“Uno tiene que pasar por este planeta y dejar algo”. Ese es el lema de José y su Museo de Historia Natural. Algo que llama la atención después de hacer el recorrido es que en la tercera hay un feto humano. Se ve como un bebé prematuro. Pero en sí, todo es muy pedagógico porque José les explica a los visitantes cuál es el nombre de cada mariposa, mamífero, ave, reptil; de qué zona geográfica del país proviene, si tiene un dato curioso… Definitivamente es un lugar para aprender sobre la naturaleza y la fauna y flora del país.