Colombia estudiantil

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“…estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana”, es la línea que cierra el primer párrafo del Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria en Córdoba (Argentina), escrita por universitarios y dedicada a los hombres libres de Sudamérica, en junio de 1918.

Ricardo Castaño Zapata, doctor en Historia de la Universidad Estatal de Vorónezh (Rusia), lo define como un manifiesto por la autonomía de un continente aún incipiente. Sostiene que esos estudiantes eran conscientes de que la educación jugaba un papel fundamental en la trasformación social, sabían que la academia debía brindar una emancipación intelectual al sujeto. Fue el primer manifiesto de rebeldía latinoamericano. Sus preceptos llegaron Colombia.

 

Orígenes

Castaño se ubica en 1886 cuando Colombia aprueba una Constitución con la idea de crear un Estado de Derecho, que se vuelve fallido: pues la Guerra de Los Mil Días (1899-1902) termina deja más de 100 mil muertos al enfrentarse conservadores contra liberales. En esas fechas ya existían universidades, como la Nacional (1867) y de Antioquia (1871).

En 1910 se realiza una Gran Reforma Constitucional para consolidar un Estado centralista, centralizado y presencialista, según Castaño. En ese contexto, en 1914, aparece Manuel Quintín Lame Chantre, indígena Nasa (Cauca), quien catapulta la lucha popular. Él dirige un levantamiento en contra del Gobierno porque no reconoce el derecho de los indígenas sobre sus resguardos.​

Llegan otras luchas. El 5 y 6 de diciembre 1928 ocurre la Masacre de las Bananeras en Ciénaga (Magdalena): un número desconocido de trabajadores en huelga son acribillados por el Ejército por orden del presidente Miguel Abadía, y la multinacional United Fruit Company.

 

Quitín Lame

 

En 1930 se conforma el Partido Comunista Colombiano, surgen figuras emblemáticas en el sindicalismo (como María Cano) y las manifestaciones estudiantiles toman fuerza. Pero Absalón Jiménez Becerra, magister en Estudios Políticos de la Pontificia Universidad Javeriana, en su texto Una Mirada al Movimiento Estudiantil Colombiano: 1954-1978 argumenta que estos movimientos nacen a finales de 1950. Después de que el 9 de abril de 1948 fuera asesinado el candidato presidencial liberal Jorge Eliécer Gaitán y surgiera el periodo llamado La Violencia, en el que miles de liberales y conservadores se matan; y de que al poder llegará el conservador Laureano Gómez (1950) y generara el movimiento laureanista.

 

Estudiantes caídos

Según Jiménez en 1953 se dan los primeros coqueteos para la conformación de una organización estudiantil. En Medellín, en abril, se realiza el Congreso Nacional Universitario, patrocinado por los laureanistas, y de él nace la Federación Universitaria Colombiana (FUC).

Dos meses después el general Gustavo Rojas Pinilla da un golpe militar y asume la presidencia. En 1954 los estudiantes marchan en su contra. El 8 de junio de ese año es asesinado con un tiro de fusil el joven Uriel Gutiérrez Restrepo de la Universidad Nacional. “Al día siguiente, en el centro de Bogotá, en la esquina de la carrera séptima con calle 13, cuando un grupo importante de sus compañeros protestaban por lo ocurrido, el saldo se elevó de manera despiadada, con la responsabilidad directa del Ejército nacional, a 13 muertos y 40 heridos”, informa el periódico El Tiempo. El Ejército justifica el hecho porque existe supuesta alianza laureanista-comunista para deslegitimar el régimen. La fecha es recordada como El Día del Estudiante Caído.

En marzo de 1955 se crea la Federación de Estudiantes de Colombia (FEC), y en 1957 la organización estudiantil es tan sólida que contribuye a la caída del gobierno de Rojas.

 

María Cano

 

Poco mayo del 68

Los nuevos movimientos estudiantiles giran hacia la izquierda (como la Unión de Juventudes Comunistas de Colombia) gracias a la radicalización de la protesta social, a la Revolución Cubana y a la consolidación descarada del Frente Nacional (acuerdo político exclusivo entre liberales y conservadores para repartirse el poder entre 1958 y 1974). Además surgen las guerrillas (las Farc, el ELN y el M-19). Muchos líderes intelectuales de izquierda toman las armas, como el sacerdote de la Universidad Nacional Camilo Torres (ELN).

Para 1968, más allá de lo que pasaba con en París, reconoce Otty Patiño Hornaza, exmilitante del M-19, en Colombia aparece un desencanto hacia la lucha armada de izquierda. Muchos dirigentes estudiantiles que optaron por las armas terminaron muertos: es una época que se frustra por la inviabilidad local de un proyecto que se pensó, en sus inicios, a corto plazo.

 

Estudiantes en la Séptima Papeleta

 

Llegan los 70 y los 80 con el presidente Julio César Turbay (1978-1982), quien bajo la figura del Estatuto de Seguridad ordena la persecución de los movimientos sociales. Las fuerzas armadas del Estado desaparecen cientos de estudiantes. Todo se complica cuando aparecen los grupos paramilitares de Carlos Castaño: más de 100 estudiantes y docentes de la Universidad de Antioquia son asesinados por esta organización.

Los universitarios impulsan la propuesta la Séptima Papeleta, para que en las elecciones de 1990, en las que se elige Congreso y otras 5 corporaciones, se incluya un séptimo voto para solicitar una reforma constitucional mediante la convocatoria de una Asamblea Constituyente. La Séptima Papeleta permite la Constitución de 1991.

En el siglo XXI los escasos jóvenes que presionan desde la izquierda son aplacados por nuevas ideas que ganan las energías de la nueva generación, ideas que reivindican las luchas feministas, homosexuales, ecológicas, sociales…

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